El Matrimonio y en el Contexto del Evangelio
En nuestros tiempos todo el mundo cuestiona la utilidad del matrimonio. Las encuestas han demostrado cuán poco se aprecia esta institución y la ignorancia que existe en cuanto a su papel para la formación de una sociedad saludable. Ni siquiera los cristianos comprende su gran importancia. La Biblia nos enseña que Dios es el autor del matrimonio. Moisés lo define en Génesis como la unión de dos personas que se complementan mutuamente con la responsabilidad de reproducirse para poblar el mundo. Después de la caída sirvió para asegurar el futuro eterno de la humanidad. Al inicio del relato de la creación se presenta a Adán como un individuo; este vivía en la soledad, y de esta soledad Jehová lo redimió. Dios sabía que en esta condición el hombre no podía formarse ni expresarse como persona, necesitaba de otro. Hasta cierto sentido Adán era tan sólo el primer esbozo del hombre que Dios tenía en mente formar. Como parte del desarrollo de su personalidad necesitaba comprender cuán incompleto estaba sin comunicación y diálogo, sin un tú con el cual relacionarse. Así el Creador mostró que la verdadera humanidad, y por ende la vida misma, no puede existir en la soledad; necesita que el hombre y la mujer convivan en perfecta unión. Esta unión es la que Dios persigue y la que logra con el matrimonio al unirlos en un sólo Adán.
Adán entendió esto cuando dijo: «Por tanto dejará el hombre a su padre y madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne.» De esta manera confesó que en sí mismo estaba incompleto y necesitaba de la mujer para llegar a ser lo que antes fue. Sin el matrimonio la raza humana no está completa, es sólo un ideal no alcanzado. Por lo que el divorcio rompe, separa y destruye a la humanidad y le impide desarrollar el potencial de su personalidad. Donde el matrimonio falta la sociedad se debilita ya que los elementos necesarios para la formación de la persona humana no pueden existir en un ambiente como éste.
En la creación de la humanidad como varón-hembra Dios separó en dos sujetos las cualidades y características necesarias al ser humano para su existencia, por lo que deben convivir en armonía para que sean efectivos. Intentar vivir sin la aportación del otro creará en el sistema social un caos del cual Dios desea librarnos. Hoy día la ciencia está mostrando la importancia de cada individuo en la relación matrimonial para la formación de una sociedad robusta y saludable. La sociedad no puede librarse de su destrucción a menos que vigorice la institución del matrimonio. Si ha de mantenerse emocionalmente saludable requiere promover la unidad varón-hembra.
El matrimonio y la existencia humana
Destruir el matrimonio es destruir el medio que el Creador utiliza para la continuidad de la raza. Al decir esto no sólo me refiero a la salvación de nuestra especie, sino también a su existencia como persona emocionalmente estable. Cuando Dios creó al hombre varón y hembra, la Palabra dice que los bendijo diciendo: «Multiplicaos y creced y llenad la tierra», de esta manera hizo depender la continuidad de la raza humana del matrimonio. Para ilustrar el punto en consideración sólo tenemos que examinar las consecuencias de practicar el homosexualismo según se pretende. Puesto que no hay reproducción en la unión de un hombre con otro, esto haría que el ser humano se extinguiera; lo que evidencia que la humanidad necesita mantener y sostener la unión marido y mujer, de lo contrario comete suicidio.
La vida humana en sí misma es un milagro de creación que acontece dentro del círculo del matrimonio. En esta unión vemos a diario el milagro de la existencia, un nuevo ser viene al mundo en el momento cuando el hombre se hace uno con su mujer. El matrimonio pretende unir a Adán y ser el medio por el cual Dios continúe su acto de creación. La pareja se hace socia con el Creador en el milagro de la vida y, a través de ellos, el acto divino se concretiza y se encarna.
Alan Chambers, en un discurso en defensa del matrimonio, declaró que el debate sobre el matrimonio «es acerca de la preservación de la futura generación … El matrimonio natural es la única unión que ha probado suplir las necesidades de los niños y los individuos…tener una mamá y un papá es la mejor receta para la completa formación del niño.»
El secreto para la destrucción del hombre es el divorcio; Satanás sabía que si introducía el pecado en el mundo crearía separación entre Dios y el hombre y el varón y la mujer. La restauración de la humanidad requiere la reconciliación y unificación de estas partes.
No hay vida en la separación, no hay vida en el divorcio. El hombre tendría que regresar a la sujeción a Dios y la mujer volver a la sujeción a su marido. Sin Dios el hombre no puede vivir, sin el varón y la mujer la humanidad no puede existir. El plan para la restauración de la humanidad incluye la restauración del matrimonio.
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