[1] disfrazado de evangelicalismo.
Esta forma de presentar la salvación enseña que el hombre se encuentra muerto moralmente, pero Dios lo resucita. Y la resurrección para ellos implica un nuevo poder o capacitación. En otras palabras, el hombre dejó de ser malo. Si Pablo pasó por este proceso no podría haber dicho: lo bueno que quiero hacer no lo hago, o el pecado que mora en mí; y poco más adelante: yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios mas con la carne a la ley del pecado (vea Romanos 7). Por lo que muchos aseguran que Pablo no está hablando desde la perspectiva de un creyente.
Es un error pensar que la regeneración destruye la incapacidad del hombre o sana su naturaleza moral para así dar cumplimiento a la ley divina. Si así fuera, entonces, por demás ocurrió la encarnación. Dios no necesitó hacerse hombre y vivir en lugar nuestro la vida que se demandaba. Si el hombre puede volver a la obediencia a Dios mediante el poder del Espíritu, los 33 años de obediencia del Hijo de Dios son sin propósito.
¡Un momento! Antes de que me apedren, es hermosa la obra de Dios en la vida de los hombres. El Señor otorga su bendición al hacer que sus criaturas degradadas por el pecado cambien su conducta y vivan vidas que promuevan la gloria de su Creador; hombres de bendición para el mundo. Mi argumento es que, aun esa vida, por noble que ésta sea, es imperfecta frente a la demanda de justicia.
La salvación no es la restitución de la justicia original en el hombre, sino el restablecimiento de la relación perdida, la reconciliación con el Cielo y la eliminación del poder que el pecado tenía para condenarlo. El pecado continúa en nosotros pero perdió su poder para mantener sujetos a la condenación a los hijos de Dios. Como dice el hermano Pablo: Ninguna condenación hay para los que están en Cristo. Esta bendición no se debe a un proceso regenerador en la vida de los creyentes, no se debe a una nueva naturaleza o supuesta capacitación por el Espíritu Santo, se debe exclusivamente al hecho de que Cristo vivió una vida de absoluta perfección. Esa vida justa es la que sustituye la nuestra, su obediencia Dios la reconoce en lugar de la nuestra. El Cristiano inició su vida de fe totalmente corrupto y porque aún permanece en esta condición, tiene que luchar con su carne; para esto viene el Espíritu a su auxilio.
Suelo ilustrar la condición del creyente de la siguiente forma. Todos los hombres tienen una bestia salvaje dentro de ellos (su depravación), ésta les hace daño a ellos y a los demás. Cuando el hombre escucha el evangelio de la gracia divina la bestia interior de su carne se la entrena a obedecer los mandatos que recibe. Mientras el Entrenador (El Espíritu Santo por medio de la palabra) le de los latigazos de la gracia, la carne queda sujeta, pero no domada. La bestia rugirá, hará gestos de ataque, pero se sujetará a la palabra de la gracia. Esta es la razón por la que los santos, que tienen el Espíritu de Dios, gimen en su interior en espera de la redención de sus cuerpos. Saben que mientras estén en la carne caerán en pecado y ofenderán a su Señor, y ellos aborrecen hacerlo.
En fin la doctrina de la total depravación enseña que el hombre, aun el santo, en lo que respecta a su salvación y seguridad de vida eterna, no puede hacer nada bueno. Por tal razón la salvación del cristiano también es, sigue siendo y será una salvación enteramente por gracia. Una salvación fuera de su experiencia, monorgista—sin cooperación—, que depende por completo de la obediencia de Cristo, vivida a nuestro favor, en lugar nuestro. Los que sostienen que el hombre pierde su depravación en la conversión, tienen que preguntarse: ¿por qué esto es necesario? La única respuesta que encuentro es porque en sus mentes necesitan restaurar al hombre para que sus obras sean aceptables ante Dios y esto es volver otra vez a lo mismo. Salvación por obras.
[1] Doctrina que enseña que el hombre tiene la capacidad de obedecer a Dios de manera natural. Dentro de esta definición coloco a los semi-pelagianos que enseñan que el hombre no tiene la capacidad natural pero son asistidos por el Espíritu para logar la obediencia que los salva.
Veamos la depravación total comporta una total incapacidad del ser humano, ( muerte Espiritual ) que conlleva varias características que en el hombre regenerado no se hallan, En Efesios 2:1-3 vemos … (1) el ser humano no sigue mas que un camino “ la corriente de este mundo” es decir la cosmovisión que tiene no proviene de ningún otro lado que de el mundo, caído (2) que esta bajo el maligno, a saber esclavos del príncipe de la potestad del aire ( Satanás) (3) también habla de los “ deseos de la carne, de la voluntad de la carne , y de nuestros pensamientos” y (4) tal como Juan 3.36 lo enseña éramos “ hijos de ira” , estábamos bajo la ira de Dios.
En Romanos 1 vemos también varias características, prácticas del ser humano caído y totalmente depravado e incapaz, como en el v ( 21) Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.
El v ( 26) que resume los v 24,25;27… Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza,
Del v 28 al 32 “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen, estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.”
Ahora, al saber que características vemos que hay tanto espirituales como repercusiones prácticas, el ser regenerado no es sólo un hombre justificado, y que no ha recibido ningún cambio ontológico, es en realidad una nueva criatura, que lucha en una carne pecaminosa, no tiene dos naturalezas tiene una nueva naturaleza, pero en un cuerpo no glorificado y caído, pero que está en proceso de santificación , y que esta nueva criatura está para nuevas y buenas obras, no que fue conseguida ni se le demanda nuevas obras como para mérito, sino como evidencia de su naturaleza.
Efesios 2. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
En medio de este cuerpo de muerte y este cuerpo no glorificado donde el pecado aún mora, la nueva naturaleza no permite que seamos ya los mismos, sino que renovado nuestro entendimiento no seguimos más la corriente de este mundo (1), no somos mas esclavos del príncipe de la potestad del aire , aunque nos tienta (2) no somos más tentados más de lo que podamos soportar, de modo que caigamos en los deseos de la carne como si no hubiere salida, por que la hay ( 1 cor 10.-13), y ahora viene la parte de la justificación, no estamos mas bajo la maldición de la ley, sino justificados y no bajo la ira de Dios.
Concluimos entonces que todas las acciones depravadas prácticas que solíamos hacer en el mundo ( Rom 1:24-32) no son más un imperativo a esta naturaleza por que hay salida, y podemos vencer no como el pelagiano dice, sino que estamos destinados a vencer y ser conformados en esta vida( santificación ) y al final ( glorificación) a la imagen de Cristo.
Es mi humilde opinión mi amado hermano, interesante articulo. Bendiciones un abrazo muy grande.
Mi amado hermano en el Señor. Agradezco que hayas tomado el tiempo para leer mi artículo. Y como sé que te agradan los retos y el estudio, me atrevo a inquietar tu mente aludiendo a algunos de los puntos que expusiste en tu comentario. Es muy cierto cuanto afirmas que el hombre no regenerado hace todas las cosas que nombras. También que los hijos de Dios por ser parte de la familia del cielo no se encuentran bajo el dominio del príncipe de las tinieblas. La libertad de estos no se debe a su condición moral sino a su estatus, a su nueva posición de perfectos en Cristo, como justificados. Aun sus buenas obras están cubiertas por la justicia de Cristo.
Presta atención, dos puntos en particular. ¿No es interesante que Pablo diga que estos hombres no regenerados conocieron a Dios y decidieron no darle gloria y honra? El apóstol dice: Habiendo conocido a Dios… También afirma que estos hombres entendían el juicio de Dios, a pesar de ello insistieron en hacer lo malo. Una pregunta caliente y difícil: ¿Cómo estos hombres sin regeneración conocieron a Dios? ¿cómo entendieron el juicio de Dios? ¿cómo resuelves este dilema?
Otra pregunta que tiene que ver con regeneración. Pablo era un hombre regenerado en Romanos 7, pero él claramente sostiene que lo bueno que deseaba no lo hacía. Es claro que no se refiere a que fuera un hombre como aquellos que viven sometidos al maligno. Él habla de los efectos del pecado en la vida de los creyentes. Cuando el hombre peca, ¿que sucede con la nueva naturaleza, fue dominada? ¿Es esta la condición de todo hombre regenerado? Y, si lo es, entonces, no significa esto que la única victoria con la que puede contar el creyente es representativa, no es de carácter moral, es decir, el puede confesar victoria únicamente en la persona de Cristo: su representante celestial, no en sí mismo. Recuerda que estamos hablando de lo que es el hombre frente al juicio de Dios, no de cómo vive en el mundo, ante los ojos de los hombres.
Espero que estas interrogantes te ayuden a pensar.
Ama al sr tu Dios con toda tu alma con toda tu mente y vivirás dice el sr Jesús. El más pequeño de ustedes es el más grande recuerda que si recibimos al sr Jesús como nuestro salvador representamos el cuerpo y la mente de Cristo aquí en la tierra así que si es representativo como usted lo dice pero es porque debemos ser representantes de Jesús aquí en la tierra en el padre nuestro dice Jesús enseñándonos a orar a sujetarnos al padre Dios en todo a que se haga su voluntad y no la nuestra a perdonar ofensas y a no caer en tentación y además nos enseña a pedirle al padre que nos libre del mal ! como el nos lo mando para que no venga el acusador el maligno y tente, es decir el que está débil en la fe debe estar en comunión con Dios en Jesús en oración para debilitar la carne el pecado, esa es la lucha del día a día Jesús nos mando a ser guerreros espirituales es decir que no debemos de dar lugar al pecado por que nos hacemos transgresores de la fe. Recuerdo un pasaje de la Biblia cuando la mujer prostituta iba a ser apedreada por los sabios y hombres de la ley, pero EL solo en su paz y verdadera sabiduría les dijo “el que no tiene pecado que tire la primera piedra” es decir que todos eran pecadores, pero EL maestro nos enseña a ser justos y misericordioso, a esa mujer prostituta le perdonó y su última palabra fue mujer vete y no peques más, es decir, que en el camino que iba a seguir esa mujer iba a encontrar obstáculos pero la orden de Jesús es que no pecara más, esa es la orden. Amarle a EL Y NO OLVIADR SUS PALABRAS es vivir en EL. el amor lo puede todo el amor lo cambia y todo lo puede, Jesús amó a esa mujer y a nosotros, pero nos dice que volver a pecar es tener una conciencia reprobada.
Conocemos el bien y el mal por la desobediencia de ADAN y EVA es estar consciente del bien y del mal; que está en el libre albedrio escoger lo bueno para lo que ya le conocemos a Jesús, y lo malo para los que saben las consecuencias, claro que el que peca conscientemente y se arrepiente debe de hacerlo sincero, dispuesto a no volver atrás, y no hacer como un simple religioso que cree en volver a pecar y sus buenos actos y palabreríos a Dios le ayudara. Es por la sangre de Jesús, su sangre que nos hace limpios y acepto al Dios viviente, todo lo que hagamos con fe y verdad creemos en EL aun sin verlo. Debemos estar sujetado a Jesús y el nos envía su paracleto, el Espíritu Santo, que nos guía a toda verdad; somos cambiados por su poder y sí es verdad que las personas cambian porque han recibido a Jesús como sus salvador personal y todo lo que le reciben quieren agradarle todos los días de sus vidas, el que es hijo del Dios viviente hace lo que el sr Jesús les dice, es decir, OBEDECEN su palabra. Entonces si Dios corrige y castiga a quien ama es porque se debe cambiar la conducta y no caer en pecado. Y si Dios es misericordioso y amoroso pero no se debe aprovechar de eso para caer en pecado porque no se es integro, es hipócrita. Además Jesús dice es mejor que seas frio o caliente porque a los tibios los vomito. Ser sincero y vivir en el verdadero amor no varios años si no siempre hasta el final de nuestra carrera de la Fe, estamos sujetos a su ayuda y aceptar que sin El no podemos seguir la buena carrera. HASTA EL FIN.
AH y el Espíritu Santo es el Espíritu de Dios santo e incorruptible ese Espíritu es fuego que nos toca que nos bautiza que nos cambia que nos quema, ese Espíritu es fuego que te hace rendirte, que consume y hace que hoy comienze el primer día de los mejore días por el resto de los días.
Gracias primeramente por leer nuestro artículo. Nuestro artículo señaló que la salvación no depende de nuestra transformación moral sino de la obra que Cristo terminó en la cruz. Si mal no entiendo usted apela al Espíritu como si la obra que él realiza sea la base de su salvación. La obra del Espíritu es importante, sumamente importante en la vida del creyente, pero su trabajo no es salvarlo sino conducirlo al que lo salva, a Cristo. El Espíritu no murió por usted, no se encarnó, no vivió 33 años de perfecta justicia, sino el Verbo. Es la labor del Espíritu abrir el entendimiento del hombre para que pueda entender todo cuanto Dios hizo en Cristo. El no viene a nuestra vida para hacernos depender de nuestras experiencias, mas bien para asegurarnos cada día que el fundamento de nuestra seguridad y salvación descansa por completo en la perfecta vida que vivió Cristo en lugar de todos nosotros. Los que tiene el Espíritu no hablan de sí mismos, de sus experiencias, hablan de Cristo y se glorían en él. Si usted tiene el Espíritu, éste lo conducirá a conocer más de Cristo y a gloriarse sólo en él; pues la Escritura atestigua que cuando viniera el Espíritu nos conduciría a toda verdad y no hablaría de sí mismo, sino de Cristo.
Bendiciones, oro que el Señor Jesucristo ilumine su entendimiento. Me parece que usted confunde entre la vida del cristiano y la salvación que Cristo efectuó de una vez y para siempre, 2000 años atrás. La salvación es el acto de Dios librarnos de toda condenación en el juicio. Dios Justifica en su juicio a los que cumplen su ley de manera perfecta (Rom. 2:13). No es una imperfecta obediencia la que satisface sus demandas, si fuera así, por demás Cristo vino al mundo. Mi pregunta no es si usted debe obedecer, todos estamos obligados a ello porque somos criaturas de Dios; y toda criatura debe obediencia a su Creador. La pregunta tampoco es si el Cristiano, que confía en Cristo y ama a su Señor debe luchar con su carne y sus deseos pecaminosos; nuestro estudio no trata de eso. Lo que condenamos es la doctrina incorrecta y dañina que pretende que la imperfecta transformación que ocurre en la vida del cristiano es el fundamento de su salvación. Usted en su comentario habla del poder de Dios para cambiarnos, no negamos que esto sea así, lo que negamos es que ese cambio primero, sea perfecto; segundo, que somos salvos por dicho cambio; tercero, que ese cambio nos capacita para producir una obediencia perfecta. Toda persona que el evangelio de la gracia de Dios impacta lo muestra por una vida de sincera devoción a su Maestro y Salvador. Con todo, por nobles y glorioso que sea ese obra divina, sigue siendo imperfecta. Que nuestra transformación moral es imperfecta se puede ver de las declaraciones de Pablo en Romanos 7. Después de muchos años de servir al Señor, declaró: “Yo se que en mí no mora el bien”. Testificó que por causa de la debilidad de la carne no podía hacer el bien perfecto y, por tal razón, los que tiene el Espíritu de Dios gimen en su interior deseando que Dios les de un nuevo cuerpo para poder vivir enteramente para su gloria (Rom. 8:23-27). Usted hace depender su salvación de la renovación moral, sostiene que el poder que Dios otorga es para obedecer con los fines de salvarse, al sostener esto usted hace descansar su salvación en sus obras. ¿Puede usted, con toda honestidad decir que si Dios juzgará sus obras —sus buenas obras— podría justificarlo por ellas? ¿Podría Dios juzgar sus obras y encontrarlas perfectas? Si su respuesta es NO, entonces, su salvación no puede depender de su transformación sino de las obras que Cristo HIZO fuera de usted, cuando vivió en esta tierra.
Bendiciones hermano. Es cierto que el Cristiano debe vivir en obediencia al Señor, pero no debe hacerlo porque dependa su salvación de ello; pues si así hace, no lo hace por amor sino por necesidad. La única manera en que podemos obedecer con la correcta motivación es cuando escuchamos que Dios está reconciliado con nosotros y nos otorga plena y total justificación. Cuando apreciamos el maravilloso regalo de su gracia nos inspirará a vivir para su gloria.
Su línea de argumentación propone que la obediencia del cristiano es un complemento de la salvación que Cristo consumó en la cruz. Si su obediencia es parte de esa salvación, entonces el consumado es de Cristo no tendría significado. En la obra de salvación Cristo se encontraba solo realizándola, nadie le ayudó, ni le ayudará, para que la gloria de la redención le pertenezca sólo a él. Como muchos que nos han escrito, por un lado asevera que la salvación se completó y por otro lado termina en lo mismo, sosteniendo que al final la salvación depende de algo que pueda y debe hacer, por pequeño que esto sea. Usted necesita hacer una clara diferencia entre lo que Cristo hizo de manera perfecta y las buenas obras imperfectas que usted produce. Las de Cristo son para su salvación, las suyas sirven para testimonio ante el mundo, pero son obras imperfectas que si Dios las juzgara conforme a lo que son, las condenaría como pecado. Bendiciones.