Esa gente sabe todo lo que se puede saber acerca de Dios, pues Dios mismo se lo ha mostrado. Por medio de lo que Dios ha creado, todos podemos conocerlo, y también podemos ver su poder. Así que esa gente no tiene excusa, pues saben de Dios, pero no lo respetan ni le dan las gracias. No piensan más que en puras tonterías y en hacer lo malo. Creen que lo saben todo, pero en realidad no saben nada. En vez de adorar al único y poderoso Dios que vive para siempre, adoran a ídolos que ellos mismos se han hecho: ídolos con forma de seres humanos, mortales al fin y al cabo, o con forma de pájaros, de animales de cuatro patas y de serpientes. Por eso Dios los ha dejado hacer lo que quieran, y sus malos pensamientos los han llevado a hacer con sus cuerpos cosas vergonzosas. En vez de adorar al Dios verdadero, adoran dioses falsos; adoran las cosas que Dios ha creado, en vez de adorar al Dios que las creó y que merece ser adorado por siempre. Amén (Romanos 1:19-25, Traducción en lenguaje actual).
¿Puedo creer en Dios aparte de la Biblia? ¿puedo creer en Dios y no ser Cristiano? Estas son preguntas que este estudio intentará responder. Muchos profesan creer en Dios pero su dios es totalmente diferente al Dios de la Biblia. El concepto que tienen es el que ellos han creado en su propia imaginación. Roy Abraham Varghese, en su libro Cosmos, Bios, Theos, señala que: “Dios es por definición un ser de infinita inteligencia, la fuente y suma de la racionalidad” (Pág. 16). Asegura que Dios es la conclusión inevitable de nuestra razón. Cuando la ciencia analiza el universo no puede conformarse con sostener que las cosas existen, pues todo cuanto tiene existencia tiene una causa. Es trabajo de la ciencia encontrar la causa última de las cosas. En su búsqueda llega el momento en que no puede evitar concluir que la causa final de todas las cosas tiene que ser una inteligencia superior, la cual se llama Dios.
Continúa diciendo que:
“El dogma de hoy sostiene que la materia es eterna. El dogma proviene de la creencia intuitiva de personas (incluyendo la mayoría de los Físicos) que no desean aceptar la evidencia observable de que el universo fue creado—a pesar de que toda la información astronómica observable producida hasta ahora evidencia la creación del universo. Por tal razón podría afirmarse que las personas que rehúsan la información tienen una creencia ‘religiosa’ de que la materia debe ser eterna…si el universo no existía desde siempre, la ciencia tendría la necesidad de ofrecer una explicación de su existencia” (página 5,6).
Finalmente concluye estableciendo que cuando el ateo se lanza a la búsqueda de la evidencia del origen del mundo y llega al momento donde no puede encontrar otra razón del ser de las cosas que no sea Dios, comete un suicidio racional al negar la evidencia (página 17).
John Eric Fornaess, Ph. D. en matemáticas, señala que el origen de la materia es algo desconocido, a pesar de ello sostiene que cree en dios: “yo creo que existe un dios y que ese dios crea orden en el universo” (Ibíd., página 40). Con todo no se acerca al concepto Cristiano de Dios, para él dios es la fuerza que mantiene en orden el universo.
Nevill Mott, con una especialidad en física teorética y ganador del premio Nobel, sostiene que la ciencia tiene la propiedad de purificar la religión de ideas y conceptos que son ajenos a una edad científica y ayudarnos a tener un claro conocimiento de Dios. Las ideas religiosas que se enseñan en la iglesia son dignas de respetar, debemos meditar en ellas para ver cómo nos pueden ayudar hoy en nuestro entendimiento de Dios. No obstante, señala Mott, podemos sentirnos libres para aceptar o rechazar parte de ellas. “En términos teológicos, he de mantener que Dios mismo no conoce que átomo a de romperse hoy y cuál al siguiente año”. Dios “es un ser que no rompe las leyes naturales o que conozca el futuro, pero nos puede ayudar a escoger la manera en que debemos vivir, si le preguntamos” (Ibíd., Pág. 67).
El dios de este científico es de su propia creación, tan ignorante como la criatura. ¿Cómo puede un dios que no conoce el futuro ayudarnos en nuestros problemas cuando el mismo es impotente? Estupideces e incongruencias como éstas ocurren cuando el hombre desea ser más sabio que Dios. Esta forma moderna de creer en Dios es una manera solapada de negarlo; entiendes por qué sostengo que a muchos el creer en dios los hace ateos. La razón misma dicta que si lo que adoramos es producto de nuestro raciocinio, entonces, no puede ser Dios ya que por definición llamamos Dios a ese ser que da origen a todas las cosas, que es la sabiduría infinita y controla el universo. Se encuentra por encima de su creación y controla toda ley natural.
Creer en Dios presupone aceptar que existe un ser que está rodeado de milagros y que muestra su poder mediante la creación de los milagros que la ciencia llama leyes. Toda ley natural es obra suya y por lo tanto un milagro. Rechazar los milagros es negar la creación misma que se fundamenta en ellos. Es negar la revelación de Dios en la historia y, como tal, es negar la existencia misma de Dios. La ciencia descubre su ignorancia cuando estudia el universo que le rodea, sabe que está frente a un fenómeno que no puede explicar, pero rehúsa reconocerlo. Las conclusiones a las cuales llega no las basa en la evidencia observable, sino en su arrogancia. El hombre no conoce al Creador no porque no se le haya revelado, la evidencia está frente a sus propios ojos, pero rehúsa aceptar las conclusiones lógicas de sus propias investigaciones; a saber, que el Todopoderoso es el autor de todo cuanto existe. Quizás en el pasado alguno pudieran tener excusas por su ignorancia; pero hoy día, con el avance de la ciencia y los grandes descubrimientos del universo, no podemos llegar a otra conclusión que: los cielos anuncian la gloria de Dios y la expansión las obras de sus manos. El hombre moderno no reconoce a su Creador porque no desea ser criatura dependiente, no desea aceptar ser responsable a un Dios que todo lo puede y que un día lo llamará a cuentas.